era, y es, falso que los zapatos surgieran por todas partes
cuando el lunes, además de frío, fue un dia tranquilo, la mar de tranquilo
...
ni tu hijo ni yo nos merecemos que no atiendas al teléfono ni a la caldera rota
podría ser el dentista que no puede esperar tus miedos ni tus fracasos y no quema
...
obtuso cliente no leal ni leído
acaso tampoco feliz con su gran coche azulado triste a sus 207 Km/hora
...
acoje las plegarias lo mejor que puedas
y con tu maleta roja te vas
...
no mates más Israel,
no mates más niños
ni construyas tu propia tumba de esta manera
tu presente es muerte sin argumentos, con odio
y la ventaja del propio verdugo
con tantas balas
de la propia muerte en tu casa
que no es,
era
4.1.09
30.11.08
círculos
11.11.08
volar
camina el pájaro por el lateral de un árbol rojo
se llama Víctor, le llamo Víctor, Víctor Mature concretamente
algunos han evolucionado y saben subir en bicicleta, él no
pero no se rinde ante una adversidad como ésta o aquella o la otra, ¡hay tantas!
consigue siempre subir hasta la rama u hoja más alta
y canta una dulde canción, piando
piando
pia
y hoy
hacia las ocho y media de la mañana,
aunque la hora le importa una nada,
se ha dado cuenta
de que no le haría falta caminar o ir en bicicleta,
puede volar...
se llama Víctor, le llamo Víctor, Víctor Mature concretamente
algunos han evolucionado y saben subir en bicicleta, él no
pero no se rinde ante una adversidad como ésta o aquella o la otra, ¡hay tantas!
consigue siempre subir hasta la rama u hoja más alta
y canta una dulde canción, piando
piando
pia
y hoy
hacia las ocho y media de la mañana,
aunque la hora le importa una nada,
se ha dado cuenta
de que no le haría falta caminar o ir en bicicleta,
puede volar...
25.10.08
Quince años
Temprano, antes de asearse y vestirse, cada dia (cuando digo cada dia es cada dia, no un dia si y el otro no por ejemplo...no, no: cada dia, ¡cada dia!) se cogía los genitales con las dos manos y los asomaba por la ventana de madera aturquesada y cristal sucio. Hiciera frio o calor, cada día, los tenía a la exposición del clima correspondiente durante unos dos minutos aproximadamente, pero nunca más de tres.
Como esta ventana daba a dirección montaña, nadie que se sepa (yo sí, pero eso es otra historia) había observado nunca este ritual originado desde su estancia en el servicio militar, hará ya unos quince años, hasta hoy...
Ha sido un placer conocerte, pero antes apaga el libro y enciende un deseo.
Troceo.
Como esta ventana daba a dirección montaña, nadie que se sepa (yo sí, pero eso es otra historia) había observado nunca este ritual originado desde su estancia en el servicio militar, hará ya unos quince años, hasta hoy...
Ha sido un placer conocerte, pero antes apaga el libro y enciende un deseo.
Troceo.
17.10.08
¿Porqué le preguntaís?
Cagaba, recortando cada letra y pegándola pacientemente con un líquido amarillo en una cartulina azul, cada palabra, verso y mensajes escondidos en las más de ochocientas páginas de los poemas de "El mar es mi ángel"
Mentía cuando disimuló que no había cogido la cédula madre
Mentía cuando dijo que no se había comido el último gran pedazo de pastel de manzana (¿amarilla o verde o roja?) que resplandecía encima de la encimera
Mentía cuando se le preguntó por el paradero de la última
letra malva,
recortada
y pegada
(clarividencia)
Se despierta, mintiendo a la voz de los ecos interiores, para permanecer veinte horas siguiendo con la mirada y un hilo de corazón (rojo abierto) a todos los cielos aparentes, para volverse después a dormir, despacio-tranquilo, sabiéndose conocedor de algunos estractos de la memoria, en donde transitan todos los gatos y liebres elejidos, fijando pareceres escasos en eternas filosofías de amor
o en un vaso de agua sucia.
Mentía cuando disimuló que no había cogido la cédula madre
Mentía cuando dijo que no se había comido el último gran pedazo de pastel de manzana (¿amarilla o verde o roja?) que resplandecía encima de la encimera
Mentía cuando se le preguntó por el paradero de la última
letra malva,
recortada
y pegada
(clarividencia)
Se despierta, mintiendo a la voz de los ecos interiores, para permanecer veinte horas siguiendo con la mirada y un hilo de corazón (rojo abierto) a todos los cielos aparentes, para volverse después a dormir, despacio-tranquilo, sabiéndose conocedor de algunos estractos de la memoria, en donde transitan todos los gatos y liebres elejidos, fijando pareceres escasos en eternas filosofías de amor
o en un vaso de agua sucia.
8.10.08
Sentado observando un cristal
se desparrama un número ilimitado, pero de gran fuerza y gritos, de locos por entre doscientas praderas o más
se parece a un cangrejo que escupe postales de todas las ciudades del mundo que tengan rio y al menos un puente
se encoje cuando sabe de la verdad escondida en cada piedra o en cada cero a la derecha
se pierde al comprobar el dulce sabor del saco de las mentiras, aunque no sea época de recolección, si la hay...
se divide
en látigo
conjura
lápiz
sémola
nube
cereza
y árbol azul,
y los domingos: pastel de lentejas ahumadas
y doce sorbetes de limón de Murcia.
se parece a un cangrejo que escupe postales de todas las ciudades del mundo que tengan rio y al menos un puente
se encoje cuando sabe de la verdad escondida en cada piedra o en cada cero a la derecha
se pierde al comprobar el dulce sabor del saco de las mentiras, aunque no sea época de recolección, si la hay...
se divide
en látigo
conjura
lápiz
sémola
nube
cereza
y árbol azul,
y los domingos: pastel de lentejas ahumadas
y doce sorbetes de limón de Murcia.
5.10.08
Lágrima lenta
Desesperarse en medio de la niebla, por culpa de los cangrejos asesinos que
aún no siendo libre te sientes áureo o encogido, entre medio de los gigantes que acojen un alma
se mece en un acantilado
varios instrumentos que perciven la voz del aire oscuro de la montaña mágica, ejecutan una sola música que
se mece un acantilado para reconocer una muerte
es lenta la suavidad de la lágrima, bajando la escalera de lo desconocido o el miedo en un museo con dípticos llenos de pintura al óleo ocre en fondo negro, o rojo
la sed satisface al vaso sin agua sin gas sin apenas soportar el dolor de la dulzura infinita del saberse viejo y vaso
el acantilado mece un mar y la sal penetra en cada
la casa es azul y verde (pintada con la mirada)
crece el saco con las palabra oxidadas, sazonadas con menta y frio
el fósforo se enciende
mece un deseo en el acantilado
...
aún no siendo libre te sientes áureo o encogido, entre medio de los gigantes que acojen un alma
se mece en un acantilado
varios instrumentos que perciven la voz del aire oscuro de la montaña mágica, ejecutan una sola música que
se mece un acantilado para reconocer una muerte
es lenta la suavidad de la lágrima, bajando la escalera de lo desconocido o el miedo en un museo con dípticos llenos de pintura al óleo ocre en fondo negro, o rojo
la sed satisface al vaso sin agua sin gas sin apenas soportar el dolor de la dulzura infinita del saberse viejo y vaso
el acantilado mece un mar y la sal penetra en cada
la casa es azul y verde (pintada con la mirada)
crece el saco con las palabra oxidadas, sazonadas con menta y frio
el fósforo se enciende
mece un deseo en el acantilado
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4.10.08
Dos mil participantes
En Donostia existe una calle donde Jon A., importante editor de una revista cultural de Navarra, intentó crear uno de los más importantes premios mundiales de beber chupitos de foie líquido y después comerse el vaso, o vasito, de cristal débil, pero cristal al fin y al cabo. Desde diferentes puntos de la península vinieron casi dos mil participantes, la mayoría hombres, escritores todos y de entre entre treinta y cuarenta tacos... Y todos murieron atragantados por un simple bolígrafo Bic de tinta negra. Era el paso previo para conseguir el preciado líquido. Fue otro de los absurdos precios, que a veces esporádicamente, somete el destino cruel a los editores o escritores cretinos, que en lugar de tender puentes de inteligencia sólo saben desarrollar gran parte de las cojas infraestructuras mentales en casinos y casas del malvivir(!)... Serpientes también lejanas de origen, se largaron de un modo parecido, entre gritos de que se comportaran o se llevaran el premio (dos conejos blancos), pero que en la calle de Jon no volvieran o volviesen nunca más. Y en la cueva perduran los mismos cruces, modos y leyendas con el mismo huevo duro en la boca...
Son tiempos raros para los toques de baraja. Además se rompe todo o el lodo mide alto.
Son tiempos raros para los toques de baraja. Además se rompe todo o el lodo mide alto.
3.10.08
primero
primero, si yo fuera primero, no estaría segundo, es lo más aproximado al enredo mental crónico de lo que hay debajo del sombrero azul en la habitación doce del número trenta y dos, puente marshall 53, calle 4, puerta CCw3
se hospeda en silencio, entre dos granadas y un limón podrido,
es Arte, pero se hace llamar ombre nudo (sin hache ni conciencia...)
es arte, pero escribe y no tuerce el pincel, no joven pero persistente, lejano, obtuso y sincero (?), porque sueña con ser malabarista y mago o pez, y lo consigue a medias, aunque todo es reflejo, cansancio y extraño a la vez...
nadie escribe por nada o nada escribe por nadie, pero él sí, siendo, es la prueba del silencio que se abre en interminables mezclas de tesón y malditismo, enebrado por escarchas y fuegos los jueves,
por encendidos elogios en la penumbra que entristece a veinte corazones a la vez (o más)
y una puerta azul o magenta para entrar y seguir observando al desierto rojo (con nubes)
y la paz
y un huerto donde sembrar de nuevo todas las colillas del tabaco fumado en casi treinta años,
y la saliva de su soledad que no admite razones coherentes
o el color verde tuerce, a veces
...
se hospeda en silencio, entre dos granadas y un limón podrido,
es Arte, pero se hace llamar ombre nudo (sin hache ni conciencia...)
es arte, pero escribe y no tuerce el pincel, no joven pero persistente, lejano, obtuso y sincero (?), porque sueña con ser malabarista y mago o pez, y lo consigue a medias, aunque todo es reflejo, cansancio y extraño a la vez...
nadie escribe por nada o nada escribe por nadie, pero él sí, siendo, es la prueba del silencio que se abre en interminables mezclas de tesón y malditismo, enebrado por escarchas y fuegos los jueves,
por encendidos elogios en la penumbra que entristece a veinte corazones a la vez (o más)
y una puerta azul o magenta para entrar y seguir observando al desierto rojo (con nubes)
y la paz
y un huerto donde sembrar de nuevo todas las colillas del tabaco fumado en casi treinta años,
y la saliva de su soledad que no admite razones coherentes
o el color verde tuerce, a veces
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