4.10.08

Dos mil participantes

En Donostia existe una calle donde Jon A., importante editor de una revista cultural de Navarra, intentó crear uno de los más importantes premios mundiales de beber chupitos de foie líquido y después comerse el vaso, o vasito, de cristal débil, pero cristal al fin y al cabo. Desde diferentes puntos de la península vinieron casi dos mil participantes, la mayoría hombres, escritores todos y de entre entre treinta y cuarenta tacos... Y todos murieron atragantados por un simple bolígrafo Bic de tinta negra. Era el paso previo para conseguir el preciado líquido. Fue otro de los absurdos precios, que a veces esporádicamente, somete el destino cruel a los editores o escritores cretinos, que en lugar de tender puentes de inteligencia sólo saben desarrollar gran parte de las cojas infraestructuras mentales en casinos y casas del malvivir(!)... Serpientes también lejanas de origen, se largaron de un modo parecido, entre gritos de que se comportaran o se llevaran el premio (dos conejos blancos), pero que en la calle de Jon no volvieran o volviesen nunca más. Y en la cueva perduran los mismos cruces, modos y leyendas con el mismo huevo duro en la boca...
Son tiempos raros para los toques de baraja. Además se rompe todo o el lodo mide alto.


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