25.10.08

Quince años

Temprano, antes de asearse y vestirse, cada dia (cuando digo cada dia es cada dia, no un dia si y el otro no por ejemplo...no, no: cada dia, ¡cada dia!) se cogía los genitales con las dos manos y los asomaba por la ventana de madera aturquesada y cristal sucio. Hiciera frio o calor, cada día, los tenía a la exposición del clima correspondiente durante unos dos minutos aproximadamente, pero nunca más de tres.
Como esta ventana daba a dirección montaña, nadie que se sepa (yo sí, pero eso es otra historia) había observado nunca este ritual originado desde su estancia en el servicio militar, hará ya unos quince años, hasta hoy...
Ha sido un placer conocerte, pero antes apaga el libro y enciende un deseo.
Troceo.


No hay comentarios:

...