se hospeda en silencio, entre dos granadas y un limón podrido,
es Arte, pero se hace llamar ombre nudo (sin hache ni conciencia...)
es arte, pero escribe y no tuerce el pincel, no joven pero persistente, lejano, obtuso y sincero (?), porque sueña con ser malabarista y mago o pez, y lo consigue a medias, aunque todo es reflejo, cansancio y extraño a la vez...
nadie escribe por nada o nada escribe por nadie, pero él sí, siendo, es la prueba del silencio que se abre en interminables mezclas de tesón y malditismo, enebrado por escarchas y fuegos los jueves,
por encendidos elogios en la penumbra que entristece a veinte corazones a la vez (o más)
y una puerta azul o magenta para entrar y seguir observando al desierto rojo (con nubes)
y la paz
y un huerto donde sembrar de nuevo todas las colillas del tabaco fumado en casi treinta años,
y la saliva de su soledad que no admite razones coherentes
o el color verde tuerce, a veces
...

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